En la reunión, Moscú informó sobre sus tres nuevas divisiones desplegadas en el Distrito Militar Oeste de Rusia, mientras que la OTAN comunicó la incorporación de sus cuatro batallones desplegados en Polonia y en el Báltico.
"Actualmente tiene lugar un proceso de creación de un nuevo orden mundial, por eso las partes [Rusia y la OTAN] deben tener cartas fuertes en sus manos", explica Olszewski.
En ese sentido, la reciente llegada a Polonia de maquinaria militar norteamericana en el marco de la operación de la OTAN Atlantic Resolve, que busca aumentar la presencia de tropas norteamericanas en los países limítrofes con Rusia, es una 'moneda de cambio' en manos de Washington, asegura el experto.
Olszewski recordó además que las tropas americanas se encuentran en Polonia de manera temporal, por lo que el despliegue de efectivos puede ser visto como una excusa para encarar las negociaciones geopolíticas con Rusia.
Con respecto a las negociaciones, el mayor escollo son las diferencias entre los puntos de vista de la OTAN y Rusia con respecto al conflicto en Ucrania, asegura el exdiputado. Mientras el presidente ucraniano Petró Poroshenko intenta demostrar al mundo que Donetsk y Lugansk están fuera de control, con el fin de ganarse su apoyo, la posibilidad de hacer realidad lo acordado en los acuerdos de Minsk está cada vez más lejos. Y mientras tanto, los sectores más radicales en ese país intensifican sus actividades.
"La situación en Ucrania es tan alarmante que cada día observamos cómo los radicales anuncian su deseo de cambiar el poder en Kiev. Me refiero a la posibilidad de sacar a Poroshenko del poder, de cambiar el Gobierno. Creo que esto puede generar una lucha de fuerzas peligrosa, porque el presidente Poroshenko no va a renunciar al poder por su cuenta. En ese sentido, tendrá que vérselas con los radicales, que intentan obligarlo a tomar decisiones que son inaceptables en un país democrático", concluyó.