Una cámara 'Go pro' acoplada al casco que portaba el paracaidista permitió registrar el agónico descenso. En un primer momento, trató de abrir su paracaídas principal, pero este se quedó enredado.
Ante las dificultades para desplegar totalmente la tela, el joven decidió deshacerse del paracaídas principal y abrir entonces el de emergencia.
Es difícil imaginar qué le pasó por la cabeza cuando, en pleno descenso, el segundo paracaídas tampoco se abrió completamente.
Sin embargo, tras unos segundos agónicos, finalmente la tela se abrió completamente y el paracaidista logró aterrizar sano y salvo.
El vídeo se ha viralizado en los últimos días, según informa La Vanguardia.