La fuente de rayos X fue descubierta en octubre de 2014 en una región del espacio conocida como CDF-S (Chandra Deep Field-South, en inglés). Según los datos obtenidos a través del llamado Espectrómetro Avanzado de Imágenes CCD, la fuente aumentó 1.000 veces la intensidad de su brillo en pocas horas. Sin embargo, se desvaneció completamente después de un día de observación.
Según los investigadores, durante unos minutos, la fuente produjo 1.000 veces más energía que todas las estrellas de la zona. Con la ayuda de los telescopios espaciales Hubble y Spitzer, los astrofísicos de la NASA lograron determinar que el evento provenía de una pequeña galaxia situada a unos 10.700 millones de años luz de la Tierra.
Estas misteriosas explosiones pueden ser provocadas por un colapso de un cuerpo espacial masivo, una fusión de una estrella de neutrones con otro cuerpo celeste de este tipo o un agujero negro, así como la absorción de una enana blanca por un agujero negro, opinan los investigadores.
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De acuerdo con los astrofísicos estadounidenses, se puede hablar de un tipo completamente nuevo de cataclismo, y se necesitan más observaciones científicas para "determinar lo que estamos viendo". Subrayan que si tal explosión ocurriera más cerca de la Tierra, podría ser detectada por el Observatorio de Ondas Gravitacionales del Interferómetro Láser (LIGO, por sus siglas en inglés).