"Buscaremos propuestas concretas, soluciones diplomáticas, mediante consultas inclusivas con todos los estados miembros", dijo en la sesión la representante permanente de Canadá, Jennifer May Loten, al presentar una propuesta de 20 países a los que no identificó.
La sesión fue levantada sin que se sometiera a votación ninguna resolución y en un clima de abierta hostilidad entre Venezuela y la mayoría de los 18 países que convocaron el encuentro.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela para América del Norte, Samuel Moncada, insistió en que consideraba la celebración misma de la sesión y todo lo que en ella se discutiera un "acto hostil" hacia su país y un intento de injerencia que viola los principios de la Carta constitutiva de la OEA (Organización de los Estados Americanos).
La posición venezolana fue secundada por Bolivia y Nicaragua.
Moncada acusó al secretario general de la OEA, Luis Almagro, de llevar a la organización a su destrucción y de ser un conducto para los designios de Estados Unidos.
El diplomático venezolano también criticó las declaraciones del senador estadounidense Marco Rubio, quien el lunes amenazó a tres países del hemisferio, Haití, El Salvador y República Dominicana, con retirarles la ayuda que les presta Washington si no se alineaban contra Venezuela en la OEA.
Posteriormente, el viernes 25, la OEA convocó a una sesión extraordinaria al Consejo Permanente para el martes, accediendo a un pedido de 18 países, entre los cuales se encontraban los 14 firmantes de la declaración.
Esos 18 países son Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía y Uruguay.