El pasado 15 de marzo, el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania cerró todas las vías de comunicación con Donetsk y Lugansk y decretó que cualquier intercambio comercial con las autoproclamadas repúblicas era ilegal.
Ucrania pasó entonces de ser una nación con grandes reservas de carbón y gas a sufrir una crisis energética. No en vano, el pasado 15 de febrero, el Consejo de Ministros del país eslavo aprobó una serie de medidas extraordinarias que afectaban al sector energético.
Ante la imposibilidad de utilizar el carbón de Donbás y debido a la negativa de importar antracita rusa, Ucrania defiende la opción de comprar carbón a EEUU, Australia o Sudáfrica. Sin embargo, los expertos se muestran escépticos ante esta iniciativa.
Los precios de la exportación de carbón desde Suráfrica o Australia son significativamente más altos que los del carbón ruso o de Donbás, explicó Serguéi Pikin, director del Fondo de Desarrollo Energético a RT.
"No estoy seguro de que desde el punto de vista de la logística sea posible transportar por mar el volumen de carbón que necesita Ucrania. Para esto sería necesario enviar convoyes marítimos de forma permanente, algo que en este momento no se puede permitir la economía ucraniana", sentenció el experto.
Ígor Ryabov, director del Centro de Investigación 'Industria y Sociedad', afirma que los más afectados por estas subidas serán los ciudadanos de a pie, mientras que los más beneficiados serán los intermediarios.
Esto demuestra que el plan de Ucrania es llevar a la industria de Donbás a la ruina cueste lo que cueste.
"Es una guerra política con armas económicas. Pero al mismo tiempo al Gobierno ucraniano poco le importan las pérdidas de su propia economía. El régimen ucraniano se mantiene gracias a la crisis: generar crisis es lo que permite al régimen mantenerse a flote", concluyó Ryabov.