Israel no ha reivindicado la responsabilidad por la muerte de Mazen Faqha, exprisionero en Israel, pero los líderes de Hamás acusaron a los israelíes de haberlo asesinado y prometieron venganza.
En el funeral multitudinario que se celebró ayer en la ciudad de Gaza por Faqha, miles de personas gritaron "¡Venganza, venganza!".
Faqha, de 38 años, fue asesinado en un ataque aparentemente profesional cuando le dispararon cerca de su casa en el barrio de Tel Hawa, en la ciudad de Gaza, con una pistola con silenciador.
Su padre, que vive en Cisjordania, declaró al canal de televisión de Hamás que los servicios de espionaje de Israel habían advertido a la familia tres veces de que "las actividades terroristas" de su hijo llevarían a que lo mataran.
"Dijeron que Mazen estaba llevando a cabo ataques contra Israel y que el brazo de Israel es largo", señaló el padre de Faqha.
El fiscal general de Gaza nombrado por Hamás, Ismail Jaber, también acusó a Israel de haber matado a Faqha, que fue liberado en el intercambio de presos que Israel pactó con Hamás en 2011 para liberar al soldado Gilad Shalit, secuestrado cinco años antes.
"Este asesinato tiene la marca clara del Mosad (servicio de espionaje externo israelí)", afirmó Jaber.
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Lo liberaron en el acuerdo por Shalit en el 2011, pero con la obligación de ir a Gaza, no a Cisjordania. Según los servicios de seguridad interna de Israel, el Shin Bet, Faqha y Abed el Rahman Ghanimat crearon una sección dentro de Hamás compuesta por miembros del ala militar del grupo que eran de Cisjordania pero habían sido expulsados a Gaza por Israel.
Su cometido, según las autoridades israelíes, era fomentar los ataques contra israelíes en Cisjordania, mandando fondos e instrucciones.
Según los servicios de espionaje israelíes, "las huellas" de Faqha y Ghanimat estaban en muchos intentos de ataque y en atentados consumados cometidos por Hamás en Cisjordania en los últimos años.