"La CGT ha puesto el paro general de actividades para el día 6 de abril", dijo uno de sus tres secretarios generales, Juan Carlos Schmid, en una rueda de prensa.
El consejo directivo de la central obrera más influyente del país tomará contacto con todas sus filiales "para ir madurando el alcance de esta protesta que llegará hasta el último rincón de la geografía nacional", dijo Schmid.
La huelga general, primera que le toca al Gobierno de Macri desde que llegó al poder en diciembre de 2015, será "una expresión de descontento social", comentó el sindicalista.
Schmid compareció junto a los otros dos secretarios generales de la CGT, Carlos Acuña y Héctor Daer, para pedir "a toda la sociedad que nos acompañe".
El principal sindicato de transportes, la Unión Tranviarios Automotor, confirmó su adhesión a la huelga del 6 de abril, por lo que se da por sentado el éxito de la paralización.
Durante 2016 "cayeron 52.000 puestos de trabajo en el sector industrial", y se eliminaron empleos en el sector agropecuario y minero "que fueron beneficiados por la quita de retenciones" del Poder Ejecutivo, señaló Daer.
Según el jefe de la central obrera, se incorporaron unos 80.000.
La CGT celebró la semana pasada una multitudinaria manifestación a la que asistieron miles de personas, pero la protesta terminó con una silbatina contra los propios dirigentes, por finalizar el acto sin anunciar la fecha de la huelga general.
Ante la reticencia de la CGT para concretar la fecha de la huelga, las dos ramas de la independiente Central de Trabajadores de Argentina (CTA y CTA-Autónoma) se adelantaron y anunciaron su propio paro general para el próximo 30 de marzo.