En los campos y ciudades del país, cada fin de semana se llevan a cabo combates entre las aves.
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En Cuba, está permitido poseer y entrenar gallos de pelea. Las riñas de gallo tampoco son exactamente ilegales. Sin embargo, desde el año 1959, cualquier tipo de juego de apuestas está estrictamente prohibido en la isla.
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Las apuestas durante las peleas de gallo, sin embargo, son parte de la tradición cubana. Por esa razón, la práctica se ha convertido en un verdadero 'dolor de cabeza' para las autoridades.
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Antes de las peleas, se calzan los gallos con unas espuelas postizas.
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En Cuba, hay varias arenas de gallos donde es posible ganar o perder decenas de miles de dólares. Las sumas de las apuestas suelen variar entre 4 y 10 dólares.
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En el país existen, incluso, algunas arenas oficiales para la lucha de gallos, establecidas por el Estado. Las apuestas ahí son realizadas de manera clandestina.
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Cubanos asisten a peleas de gallos en los suburbios de la ciudad de Baracoa.
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Las aves que participan de las peleas son calificadas y entrenadas. Un 'buen' gallo puede llegar a costar hasta unos mil dólares.
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Las arenas de gallos, en general, están escondidas en los afueras de las ciudades.
Foto: espectador de las peleas de gallos en los suburbios de la ciudad de Baracoa.
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Antes de las peleas, todas las aves son pesadas y asignadas a una categoría. Durante la lucha, los dueños de los animales están a su alrededor y animan a sus gallos con gritos.
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Los gallos de pelea son las verdaderas estrellas del espectáculo. Después de largos meses de entrenamiento, les hacen, incluso, una pedicura especial para afilar sus garras.
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Cubanos asisten a peleas de gallos en los suburbios de la ciudad de Baracoa.
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En las peleas participan gallos de España, México, India y otros países. Sin embargo, dado que la importación de aves vivas a la isla está prohibida, se importan huevos fertilizados.
