En aquella ocasión, el RFF publicó un comunicado en su sitio web que afirmaba que "no existe ninguna razón sensata que justifique que las compañías sigan explorando nuevas fuentes de hidrocarburos" teniendo en cuenta la amenaza que esta práctica supone para la supervivencia de los ecosistemas.
De acuerdo con el medio, muchos expertos renombrados ya han hablado acerca de la 'desvalorización' de la llamada "energía verde". Los costes de producción de paneles solares, generadores eólicos y otros dispositivos para generar electricidad de forma no convencional, del mantenimiento técnico y del reciclaje de las máquinas después del fin de su vida útil excede en gran medida el ingreso obtenido por la electricidad producida por ellos.
El medio afirma que es necesario "tener mucho cuidado y seguir cuidadosamente las manos del mago" para entender el engaño detrás de la decisión de los Rockefeller acerca de la venta de los activos de las empresas asociadas a los combustibles fósiles.
La publicación compara la medida del RFF con las acciones de Nathan Rothschild, quien hizo gran fortuna mediante la manipulación psicológica del mercado británico tras la Batalla de Waterloo.
Mientras tanto, los agentes secretos de Rothschild compraban los bonos y cuando, finalmente llegó la noticia de que Inglaterra había ganado la batalla, Nathan Rothschild ya se había embolsado decenas de millones.