"Esta es una pequeña historia de cuán imposible es conseguir el respeto que merecen las mujeres profesionales", comentó Schneider.
So here's a little story of the time @nickyknacks taught me how impossible it is for professional women to get the respect they deserve:
— Martin R. Schneider (@SchneidRemarks) March 9, 2017
Según contó el hombre, en el pasado reciente trabajó en una pequeña empresa con una mujer llamada Nicole, que siempre era criticada por su jefe por hacer el trabajo con demasiada lentitud, en comparación con Schneider. Sin embargo, un día el hombre notó que de repente, uno de los clientes empezó a responder a los correos del hombre de manera totalmente extraña.
"Era IMPOSIBLE. Era rudo y despectivo e ignoraba mis preguntas. Además, me escribió que ‘no puedo entender los términos' (aunque los entendía)", subrayó Schneider. Luego, el hombre se dio cuenta de que los correos que enviaba estaban firmados con el nombre de Nicole, ya que los colegas compartían el buzón electrónico.
Curiosamente, cuando Schneider explicó la situación al cliente enojado, la situación cambió de manera radical.
"MEJORA INMEDIATA. Acogida positiva, me agradece mis consejos, me responde rápidamente, me dice ‘¡qué preguntas tan buenas!'. Se ha convertido en un cliente ideal", bromeó. Agregó también que lo único que cambió era el nombre.
Cuando preguntó a Nicole si eso le pasaba todo el tiempo, le respondió que "no siempre, pero a menudo".
"Amigos. Era horrible. Estaba en el infierno. Todo lo que preguntaba o sugería, era cuestionado. Uno de los clientes me preguntó si estaba 'sola'", afirmó Schneider. Entonces, el hombre entendió por qué Nicole necesitaba más tiempo para realizar las mismas tareas. El hecho es que la mujer necesitaba este "tiempo adicional" para convencer a los clientes de que le respetaran.
I wasn't any better at the job than she was, I just had this invisible advantage.
— Martin R. Schneider (@SchneidRemarks) March 9, 2017
"No era mejor trabajador que ella, solo tenía esta ventaja invisible", confesó Schneider. Sin embargo, el jefe del hombre no aceptó su teoría y volvió a criticar a Nicole.
Schneider afirmó que "lo más jodido era el hecho de que esta mujer estaba ACOSTUMBRADA a eso, y era parte de su trabajo".
Después de este incidente, los colegas llevaron a cabo un experimento y se cambiaron de nombres para dos semanas.