De esta manera, estas podrían ser la evidencia de tecnología extraterrestre avanzada, opina Avi Loeb, profesor del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
"Las FRB son excesivamente brillantes, dada su corta duración y origen a grandes distancias. Y no hemos identificado una posible fuente natural de forma fiable", destacó Loeb.
Aunque este tipo de tecnología va mucho más allá de la capacidad humana, no se encuentra fuera de las leyes de la física o del alcance de una civilización extraterrestre muy desarrollada.
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Asimismo, Loeb y Lingam encontraron que el volumen de la energía que requeriría esta tecnología causaría que se fusionara en sí, a menos que tuviera el doble del tamaño de la Tierra y fuera refrigerada con agua fría.
La construcción que genera las FRB es lo suficientemente potente como para empujar una nave extraterrestre que pesa un millón de toneladas, o 20 veces más que los mayores barcos de crucero jamás construidos.
"Es lo suficientemente grande para llevar a bordo pasajeros a través de distancias interestelares e incluso intergalácticas", apuntó Lingam.