"Claro que prestamos atención como toda la comunidad internacional a los datos publicados (por WikiLeaks), sin duda merecen la atención y hay que estudiarlos más a fondo", dijo.
Recordó que Washington no oculta espiar a algunos funcionarios rusos, por ejemplo, interceptan conversaciones del embajador de Rusia en EEUU, Serguéi Kisliak, de modo que no se necesita recurrir a Wikileaks para saberlo.
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El portal Wikileaks desveló el martes que EEUU entregaba pasaportes diplomáticos a los hackers de la CIA que operaban en Europa.
"Rusia está obligada a tomar en cuenta todos los hechos que salen a la luz", dijo Lavrov en una rueda de prensa conjunta con su homólogo alemán, Sigmar Gabriel.
En su primera entrega de los documentos secretos de la CIA titulada Year Zero (Año Cero), el portal del australiano Julian Assange destapó también el mayor centro de hackeo de EEUU en Europa.
Según las filtraciones, el consulado estadounidense en la ciudad alemana de Fráncfort era el cuartel general de la CIA para sus ataques informáticos en Europa, Oriente Medio y África.
"Al parecer los responsables de la Administración norteamericana ya toman cartas en el asunto para impedir más fugas, y es que las consideran precisamente fugas y no invenciones", subrayó Lavrov.
WikiLeaks puso al descubierto el arsenal que utilizaban los piratas informáticos estadounidenses para acceder ilegalmente a los teléfonos iPhone, aparatos de Android y ordenadores con el sistema Windows de Microsoft.
El portal asegura también que los hackers norteamericanos usaban un programa especial para convertir los televisores inteligentes Samsung en un micrófono oculto y grabar conversaciones.
La CIA rechazó confirmar la veracidad de los documentos filtrados.
Según los colaboradores del sitio web, la publicación de los documentos de la CIA, identificada como el proyecto Vault 7 se convertirá en la filtración más significativa de documentos confidenciales de esta entidad de inteligencia.
La primera parte de la publicación, llamada 'Year Zero', incluye más de 8.700 documentos y archivos almacenados en una parte aislada de la red interna del Centro de Inteligencia Cibernética, ubicada en los cuarteles de la CIA en Langley.
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WikiLeaks considera que estos documentos hechos públicos muestran el volumen y contenido del programa de hackeo secreto de la CIA, su arsenal de programas malignos y decenas de casos de utilización en productos tales como los teléfonos inteligentes Apple y Google, OS Windows e incluso los televisores Samsung.
