"Nuestras banderas este año son la lucha contra la reforma de las pensiones, por la legalización del aborto y contra la violencia machista y el feminicido", explicó una de las portavoces de la marcha, Maria Fernanda Marcelino, en declaraciones a Folha de São Paulo.
Los manifestantes, unos 4.000 según los organizadores, eran en su mayoría funcionarios del estado de São Paulo y del Ayuntamiento, que se juntaron a las mujeres que ya se encontraban frente a la plaza de la Catedral, donde se realizó el acto oficial de la Marcha Mundial de las Mujeres.
La militante feminista destacó que cada 8 de marzo es un momento clave para articular las acciones en busca de la igualdad de géneros y que Brasil está coordinado con las corrientes de los países vecinos, como el movimiento "Ni Una Menos" nacido en Argentina.
En Río de Janeiro la protesta empezó a última hora de la tarde frente a la iglesia de la Candelaria, con una "performance" de un grupo de activistas que cargaban rosas vestidas con ropa interior y la cara cubierta con telas negras en señal de luto por las mujeres asesinadas.