"Los países de América Latina y el Caribe en su conjunto (excepto Brasil) tienen una marcada migración intrarregional, donde el 66,4% de los inmigrantes que residen son originarios de esta misma región", indica el informe.
Mientras, en el continente americano, Estados Unidos es por lejos el mayor receptor de inmigrantes de Asia, África, Cuba y Haití, según el documento producido por la OEA.
Entre los fenómenos migratorios nuevos, y que en buena medida dieron pie a la producción de este informe, se encuentra la renovada migración cubana, que comenzó con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
"Ha habido un flujo significativo de nacionales cubanos que se trasladaron al Ecuador, país que había retirado los requerimientos de visa de entrada para cubanos", mientras "también se mantuvieron elevados los flujos a través de Centroamérica y México hacia Estados Unidos", dice el documento.
"El principal destino fue Brasil, que concedió a los haitianos permisos migratorios de estancia por razones humanitarias. Para fines de 2015, el Gobierno de Brasil autorizó conceder visa de residencia permanente a 43.871 haitianos que habían ingresado y se habían establecido en los últimos cuatro años", dice la OEA.
En cuanto a la migración extracontinental, la mayor parte procede de Eritrea, Somalia, Etiopía, Nepal, Bangladesh, China, India, Irak y Sri Lanka.
Una de las conclusiones del reporte es que "la migración irregular trasciende cuestiones de naturaleza bilateral o regional: comprende países de origen, tránsito y destino de esos flujos migratorios".
Asimismo señala que "la carencia de documentación, las barreras idiomáticas, la ausencia de representaciones consulares y diplomáticas dificultan la tarea de las autoridades nacionales, organizaciones internacionales y de la sociedad civil que gestionan la migración".
La población inmigrante en las Américas alcanzó a 61 millones en 2013, lo que significa un aumento de casi un 78% en comparación a la última medición de 1990, según el trabajo.