"Desafortunadamente la situación de contracción económica que vive la región ha producido un mayor incremento de la tasa de desocupación en hombres y mujeres pero que ha afectado más a estas últimas. en el caso de informalidad el impacto tiene que ver con el trabajo doméstico que es una ocupación altamente feminizada. Cuando a la economía le va mal a las mujeres les va peor". María José Chamorro, asesora especial en temas de género de la OIT.
La especialista indicó que uno de los motivos que explican esta realidad es que los cambios favorables a las mujeres, como su participación en el trabajo remunerado, no han ido de la mano de un cambio en los roles tradicionales en los hogares ni de políticas públicas para que las mujeres se incorporen al mercado de trabajo como los hombres.
Agregó que si te toman en cuenta el nivel doméstico y el laboral, las mujeres tienen mayor carga global de trabajo que los hombres. Señaló que por ello la OIT reconoce este hecho como factores que pueden generar niveles de estrés con consecuencias en el desempeño y riesgos de accidente en el lugar de trabajo.
Además la organización señala a la discriminación de género como un fenómeno que hace que las mujeres perciban sueldos menores al de los hombres. "Esto es claro cuando vemos la existencia de penalizaciones por maternidad. Las mujeres que tienen hijos tienen menos salario que los hombres, mientras que ellos tienen bonificación por paternidad", concluyó.