"Debemos ser fuertes, decididos, pero mantenemos abiertos los canales del diálogo político para una mejor relación con Rusia", señaló Stoltenber en una entrevista con el diario suizo Le Temps.
"Cuando las tensiones son altas, es importante sentarnos juntos en la misma habitación e intercambiar opiniones, incluso sobre los temas en que estamos en desacuerdo, como Ucrania", indicó.
Tras la reincorporación de Crimea a Rusia y la crisis en el este de Ucrania, la OTAN suspendió toda cooperación civil y militar con Moscú aunque al mismo tiempo decidió preservar los canales del diálogo político, la comunicación militar, así como continuar al nivel de embajadores o inferior la labor del Consejo OTAN-Rusia, un foro de consultas bilaterales establecido en 2002.
En julio de 2016, la OTAN aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa que incluye el despliegue de cuatro batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia en el marco de una política de contención de Rusia, a la que acusa de desestabilizar la situación en Ucrania.
Paralelamente, la Alianza sigue adelante con el emplazamiento de armas antimisiles estadounidenses en Europa.
Ucrania y Georgia
Jens Stoltenberg insistió en mantener las puertas abiertas para Ucrania y Georgia, a pesar del fuerte rechazo que provoca en Rusia la eventual incorporación de estos países a la Alianza.
"Si la OTAN comienza a decir que está dispuesta a cerrar sus puertas a países como Ucrania y Georgia para facilitar la relación con Rusia, aceptamos lo inaceptable: la restauración de esferas de influencia en la que las grandes potencias tienen el derecho a decidir por los Estados más pequeños", declaró Stoltenberg en una entrevista con el diario suizo Le Temps.
"Corresponde a cada Estado soberano decidir si quiere o no ser miembro de una alianza militar. No podemos aceptar que las grandes potencias decidan permitirle a uno unirse a una alianza, u obligar a hacerlo", subrayó.
Stoltenberg reafirmó que "solo los ucranianos y los georgianos puede decidir si se unen a la OTAN o no, por supuesto, con el consentimiento de los 28 miembros de la Alianza".
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"Nadie más tiene el derecho de intervenir en esta elección", concluyó.