La vía BR-163 une la principal región productora del país, Mato Grosso, con los puertos del norte del país, donde la soja debe salir al exterior en barcos de mercancías.
La Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (Abiove en su sigla en portugués) estima que las pérdidas en el sector serán de 350 millones de reales (111 millones de dólares).
"Estamos quemando billetes de cien dólares uno detrás de otro", se lamentó el presidente de la entidad, Carlo Lovatelli.
De momento, ya se perdieron seis millones de dólares con la tasa que los productores de soja tendrán que pagar a los barcos por cada día extra que están en puerto esperando la llegada de la mercancía.
El ministro de Agricultura se reunió con el de Transportes, Mauricio Quintella, para establecer un protocolo de urgencia para desviar el envío de camiones a la carretera BR-163 y que el departamento de infraestructuras pueda aplanar la carretera.
En el estado de Pará hay una cola de 40 kilómetros, según la prensa local, y el Ejército tuvo que intervenir esta semana para deshacer la aglomeración de vehículos en dirección sur y permitir el paso de las máquinas del departamento de infraestructuras.
En paralelo a las soluciones urgentes el ministro de Transportes aseguró que el asfaltado de los 100 kilómetros de la BR-163 "ya está contratado": se espera que 60 kilómetros sean asfaltados este año y otros 40 kilómetros el año que viene.