Además, se ofrece la posibilidad de dar consultas a los doctores locales en las Kuriles.
Compañías privadas de Rusia y Japón, según Tokio, podrían organizar cruceros marinos para turistas japoneses a determinadas islas de las Kuriles del Sur, pero ello no afectará el tema de la pertenencia de las islas, pues los turistas no desembarcarían en ellas.
Japón también tiene la intención de proponer a Rusia la creación de empresas conjuntas de pesca y procesamiento de pescado y mariscos.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, se pronunció a mediados de diciembre pasado, durante la visita del presidente ruso Vladímir Putin a Japón, por transformar las islas Kuriles del Sur que Tokio reclama a Moscú en una zona de cohabitación entre los dos pueblos.
Japón se escuda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia el 7 de febrero de 1855.
Moscú, a su vez, subraya que esos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética por acuerdos internacionales al término de la II Guerra Mundial y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.