Si bien las encuestas revelan que a las mujeres españolas les gustaría tener dos o más hijos, las cifras a partir de 2015 muestran un panorama real diferente. Según un estudio de la Obra Social La Caixa, los ciudadanos de entre 18 y 49 años tienen un promedio de 1,3 hijos, frente a los 2,05 de Irlanda, los 2 de Francia o los 1,90 de Suecia (en 2011), e inferior a la media europea de 1,58. Aunque la tasa de natalidad decreciente es una característica común en muchos países europeos, las cifras de España significan que el país tiene una de las más bajas en el mundo desarrollado.
Incluso las cifras de la población rural —fuente común de 'nuevas personas'— muestran síntomas alarmantes. 4.995 de los 8.125 municipios españoles hoy día cuentan con menos de 1.000 habitantes, según indica el informe de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Además, la mayor parte de esas casi cinco mil localidades sufre de un evidente envejecimiento de la población y unas cifras de fecundidad tan bajas que conducen a un mínimo, sino nulo relevo generacional.
Ya en 2016 el país ibérico reportó un mayor número de fallecimientos que nacimientos, por primera vez en su historia contemporánea.
Reacción
En respuesta y frente a una inminente crisis el Ejecutivo español crea un Comisionado con el fin de "hacer frente al reto demográfico" que existe en el país "ante el envejecimiento, la despoblación del medio rural, la baja natalidad y el impacto que todo ello tendrá sobre las pensiones", según anunciaba en enero Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno.
La norma aprobada crea una figura que se encargará de elaborar y desarrollar una Estrategia Nacional para afrontar el problema: deberá "recoger el conjunto de propuestas, medidas y acciones necesarias para alcanzar el equilibrio de la pirámide poblacional". Para el puesto fue elegida Edelmira Barreira Diz, senadora por el Partido Popular. Por la delicada labor que le corresponde ejercer, el diario británico The Independent llegó a llamarla 'la zarina del sexo', ni más y ni menos.
Horario 'injusto' o tiempo perdido
Los españoles dedican al trabajo más de 8 horas diarias, duermen casi una hora menos que en Europa y como consecuencia les queda menos tiempo y fuerza para hacer el amor, lo que conduce a algo lógico: la baja natalidad. Al menos así es cómo lo ve Paul Kelly, investigador honorífico del Instituto Neurocientífico del Sueño de la Universidad de Oxford, en su reciente artículo publicado en el periódico británico The Guardian.
La investigación de Paul Kelly señala que el mayor causante de este desbalance es el huso horario que utiliza España. Y es que si bien geográficamente a la mayor parte de la península le corresponde el huso horario UTC±0 o Hora de Europa Occidental, utilizada por Islas Canarias, Portugal o Reino Unido, los españoles rigen su vida por el horario UTC+1 o Hora Central Europea, por la que se guían países como Alemania, Italia o Polonia. La anomalía viene sucediendo desde el 16 de marzo de 1940, cuando el régimen del general Franco adelantó la aguja del reloj en una hora.
Y mientras el país sigue sumido en el debate sobre si volver o no al huso horario que le corresponde, aquella decisión sigue marcando el día a día de los 46 millones de españoles, con una hora de adelanto respecto al sol en invierno y dos en verano. Este desequilibrio, señala Kelly, implica, entre otras cosas, que las personas salgan de trabajar más tarde, cenen más tarde, se acuesten a dormir más tarde y… no tengan ni fuerzas ni deseos para nada más.
La publicación de Paul Kelly causó un gran debate entre el público británico con más de 900 comentarios. Los usuarios utilizan otros argumentos: "¿Quién puede tener hijos con una crisis de ocho años o con una tasa de desempleo juvenil del 50%?" o "No es la falta de sueño, sino la falta de dinero", anota El País. Pero eso ya es otra historia.