Según el estudio, recientemente los ingresos del grupo terrorista han caído en picada.
"Desde 2014 se han reducido un 50% sus ingresos anuales, de más de 1.900 millones de dólares en 2014 a un máximo de 870 millones en 2016. No hay evidencia alguna de que el grupo haya encontrado otra fuente significativa de financiación que pueda recompensar las pérdidas recientes. Continuando las mismas tendencias, el 'modelo de negocio' de Daesh caerá pronto", afirman los analistas.
Según el informe, se destacan las siguientes fuentes principales de ingresos financieros de Daesh: impuestos a la población ocupada, el petróleo, secuestros, antigüedades, donaciones extranjeras y una categoría que embarca las confiscaciones, el saqueo y las multas.
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Sin embargo, el estudio del ICSR advierte que el desplome financiero no significa obligatoriamente la disolución de toda la organización, por el contrario, debido a ello los terroristas no dejarán de cometer atentados en Medio Oriente u otras regiones.