Se trata de una nota del 20 de febrero, preparada por la oficina que se ocupa de temas legales del Departamento de Estado para su Secretario, Rex Tillerson. Se dedica a la protección de la información "sensible pero no clasificada" (SBU) y tiene ese mismo sello SBU.
"Cuando se divulga esa información… se enfría la voluntad de altos funcionarios del Gobierno de buscar asesoramiento sólido y sincero, lo que en última instancia, resulta en detrimento de la creación de políticas y la reputación de la institución de la que emana la filtración", dice el memorando.
The Washington Post señala que la dirección del Departamento de Estado, al parecer, tiene la intención de tratar seriamente el problema de las filtraciones. Según el diario, los protocolos de reuniones de Tillerson ya están disponibles solo para un número limitado de empleados, y se redujo la lista de personas admitidas a la reunión de todos los días con el jefe del Departamento de Estado. Además, los funcionarios están recurriendo a sus jefes o colegas con preguntas en persona o por teléfono en lugar de correo electrónico.