"Las protestas rituales no aportan ningún elemento nuevo en el diálogo ruso-japonés que ya por sí mismo eso complicado, no hay ningunas bases jurídicas ni políticas para las protestas", destacó.
A su vez, el presidente del Comité senatorial de Defensa y Seguridad, Víctor Ózerov, opinó que en este caso sería lógico exigir el retiro de la base naval estadounidense de la isla de Okinawa.
"Estas protestas son inapropiadas como mínimo, no tienen ninguna base legal, de igual manera se podría exigir a EEUU que retirara su base naval de Okinawa: que lo haga primero y luego veremos respecto a la división en las Kuriles", dijo.
Explicó que Rusia no se propone usar su división contra Japón y está abierta a la cooperación.
"Estamos dispuestos a colaborar, incluyendo en el ámbito militar y en las áreas como lucha contra el terrorismo y robo de recursos marítimos", concluyó.
Rusia y Japón técnicamente continúan en guerra desde 1945; el tratado de paz todavía es un asunto pendiente.
Tokio condiciona su firma a la devolución de las cuatro islas del archipiélago de las Kuriles (Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai) alegando el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que suscribió con Rusia en 1855.
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Moscú, a su vez, señala que estos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial en virtud de acuerdos internacionales y que Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS.