Según contó a Sputnik la doctora Kosaka, su método es mucho más rápido que el habitual y permite detectar el VIH una semana después del contagio, frente a un mes en el caso de las pruebas convencionales.
Lo que se detectó, en realidad, "es la proteína P24 que forma parte del VIH y que ya se utiliza como un marcador para descubrirlo, sin embargo, los sensores tradicionales necesitan una concentración muy elevada de esta proteína en la sangre".
"Nuestro sensor altamente sensible, en cambio, puede detectar cantidades mínimas de esta proteína en la sangre y de esta manera reducir el período de ventana cuando el VIH puede resultar indetectable hasta tan solo una semana", explicó Kosaka.
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Dijo que en la actualidad su método está en fase de evaluación científica en varios laboratorios acreditados de Europa y EEUU que puede llevar varios años.