A pesar de que el número de asesinatos cayó de ocho a dos —la cifra más baja desde 2012— lo cierto es que el total de casos de violaciones a la libertad de expresión pasó de 116 a 192, afectando a la labor de 261 trabajadores.
Cierran la lista los actos de vandalismo contra bienes de las empresas de comunicación (17), la censura (12), detenciones (17), atentados (6), robos (2) y un caso de acoso sexual.
El presidente de la Abert, Paulo Tonet de Camargo, lamentó especialmente que la mayoría de agresiones sea cometida por agentes públicos, sobre todo por policías y políticos.
"La mayoría de los ataques ocurre durante manifestaciones políticas y desgraciadamente parte de autoridades públicas, sobre todo agentes de seguridad", explicó al presentar las conclusiones del informe.
Otra organización, la Press Emblem Campaign (PEC), consultora de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), coloca a Brasil entre los diez países más peligrosos del mundo para la profesión.
El gigante suramericano aparece en la sexta posición del ranking, por delante de países como Filipinas, la India, Afganistán y Honduras.
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