El tamaño de los efectivos de la Fuerza Nacional será definido próximamente por los gobiernos estaduales y por el ministerio de Justicia.
El envío de estas tropas responde a la crisis de seguridad desatada con la huelga de policías militares que se desarrolló durante diez días en Espírito Santo y en menos medida en Río de Janeiro.
Ambos edificios fueron en las últimas semanas objeto de importantes protestas contra las medidas de austeridad que impulsa el gobierno de Luiz Fernando Pezão (Partido del Movimiento Democrático de Brasil) y muchas de ellas acabaron en altercados.
La Fuerza Nacional de Seguridad Pública es un programa de cooperación en materia de seguridad nacional que nació en 2004, bajo la gestión del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para auxiliar a los estados en casos de desorden público.
Además de la Fuerza Nacional el gobierno también autorizó ayuda extra de las Fuerzas Armadas en los estados de Espírito Santo y Río de Janeiro: 3.000 militares se enviaron a Espírito Santo poco después de estallar la ola de violencia y este martes empezaron a llegar a Río otros 9.000 militares.
El ministro de Defensa, Raul Jungmann, explicó que la medida es "preventiva" e irá ligada al desarrollo de la huelga encubierta de policías militares, que por ahora está teniendo baja adhesión.
En principio los militares sólo estarían en Río de Janeiro una semana, hasta el 22 de febrero, aunque admitió que el plazo podría prorrogarse en función de los acontecimientos.