Ante esta acusación que presuntamente surge luego de una investigación de varios años, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos considera que el vicepresidente "juega un papel importante en el tráfico internacional de narcóticos".
Según el texto, el funcionario venezolano, antes gobernador del estado Aragua (norte), controlaba aviones que utilizaban una base aérea de su país para el narcotráfico.
El Aissami fue ubicado en la categoría de "persona especialmente designada", con lo cual se le impide la entrada a Estados Unidos, sus propiedades en ese país quedan congeladas, y se le prohíbe a empresas y ciudadanos estadounidenses hacer negocios con él.
El vicepresidente venezolano calificó tal acusación como "miserable e infame" y aseguró que en lugar de afectar su moral, se convierte en un reconocimiento a su condición de "revolucionario antiimperialista".