"Inicialmente pensé sacarlos todos de allí. Después me enteré del libro del italiano Federico Moccia, que cuenta la historia de una pareja que pone un candado en el Puente Milvio, en Roma, y arroja la llave al río para que su amor sea eterno. Y ahora está de moda en varias ciudades del mundo, hasta en China", dijo a Sputnik Federico Celsi, propietario del Bar Facal, en Montevideo.
La fuente se convirtió en una referencia para la ciudad, según el empresario, quien vio a su restaurante transformarse en escenario para propuestas de matrimonio. "He visto de todo. Y ahora vendemos y grabamos los nombres en los candados. Importé 3.000 candados de China para atender al público", agregó.
De visita a Italia, Celsi se deparó con una sorpresa. Al entrar en la tienda de regalos de la casa de Romeo y Julieta en la ciudad de Verona, encontró una foto de la fuente montevideana en un estante que exponía los candados del amor para la venta. "No podía creer", exclamó.
Para el Día de los Enamorados o de San Valentín, celebrado el 14 de febrero, el bar suele promover actividades temáticas, como regalar candados a parejas. Este año elaboró un menú especial con pizzas en formato de corazón, por ejemplo, además de una intervención urbana en el monumento.
En París, la moda de los candados del amor se convirtió en un problema en el famoso Puente de las Artes. En 2015, el ayuntamiento de la ciudad ordenó su retirada, pese a la polémica, después de que una de las rejas cediera debido al peso de los estimados 700.000 cerrojos acumulados. Afectaba la seguridad de los peatones y de las embarcaciones que cruzaban el río Sena.
Sin embargo, los enamorados insistieron en encadenar sus amores en otro puente parisiense, algo que vuelve a preocupar las autoridades locales y activistas.
La práctica se extendió por el mundo y algunas localidades se hicieron especialmente conocidas como puntos de encuentro del amor. En Moscú encontraron una creativa solución para que el ritual no afectara las barandas del Puente Luzhkov. Se instaló una serie de árboles de metal hechas especialmente para que los enamorados colgaran sus candados.
Además de París, ciudades europeas como Londres, Berlín, Barcelona, Madrid, Praga, Salzburgo, Copenhague, entre otras más chicas como Colonia y Liverpool han adherido a la moda.
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Más allá de Montevideo, Buenos Aires, Santiago de Chile y Ciudad de México son ejemplos de algunas capitales latinoamericanas en que los candados del amor se están multiplicando.
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