Como explica el astronauta, una persona puede fácilmente llorar en el espacio, pero las lágrimas no caen, sino que se acumulan alrededor del ojo, hasta que son retiradas con ayuda de una toalla o un pañuelo. Así de sencillo.
¿Hay alguien ahí? El primer taikonauta confiesa haber oído un ruido extraño en el #espacio https://t.co/qkgzE9Ozmn pic.twitter.com/rWCwMDwohT
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 4 декабря 2016 г.