"Estamos profundamente preocupados por la reciente escalada de la violencia; las infracciones del armisticio se detectan casi diariamente; (…) instamos a todas las partes a cumplir los acuerdos (de Minsk)", dijo a los periodistas.
La OTAN recientemente prometió aumentar su presión a Rusia por la escalada de tensión en Donbás.
A finales de enero, las milicias de Donbás y los militares ucranianos denunciaron un agravamiento del conflicto en el este del país, con un fuerte incremento de los intercambios de disparos.
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La localidad de Avdéevka, ubicada en la provincia de Donetsk y controlada por las fuerzas de Kiev, quedó por casi una semana sin suministros básicos por los bombardeos.
La misión de la OSCE en Ucrania también informó del empeoramiento de la situación en la localidad de Yasinovátaya, bajo control de las milicias de Donetsk.
Moscú por su parte reiteró que no tiene relación alguna con los sucesos en el este de Ucrania y está interesada en que esta nación supere su crisis política y económica.
El lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, rechazó que exista un conflicto ruso-ucraniano al subrayar que "Donbás es un conflicto interno ucraniano".
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Además, según el Kremlin, las declaraciones del Ministerio de Defensa ucraniano de que sus fuerzas "paso a paso, lograron avanzar heroicamente" en Donbás confirman que Kiev lanzó adrede una ofensiva en violación de los acuerdos de Minsk que buscan resolver la crisis.