Pero, ¿queremos realmente saberla? Si los extraterrestres están ahí fuera, ¿serán exploradores amistosos o destructores de nuestro mundo? Esta es una cuestión seria que ya no se limita al terreno de la ciencia ficción, puesto que un grupo creciente de astrónomos se ha interesado por ella, informa NBC.
"Existe la posibilidad de que, si mensajeamos activamente para llamar la atención de una civilización inteligente, la civilización que contactemos no tenga nuestros mejores intereses en mente", dice Lucianne Walkowicz, una astrofísica del planetario de Adler, en Chicago. "Por otro lado, podría traer grandes beneficios (…) Podría ser algo que acelere el crecimiento de la calidad de vida en la Tierra. No tenemos manera de saberlo".
El tono de la discusión sobre la racionalidad de tales señales lanzadas al vasto universo se eleva notablemente gracias a Breakthrough Initiatives, una organización filantrópica dedicada a la comunicación interestelar que está financiada por el multimillonario ruso Yuri Milner.
No obstante, el hecho de que no haya habido señales todavía plantea un enigma para los humanos. En una galaxia repleta de mundos, ¿por qué en la Tierra no hay un solo visitante alienígena? El silencio en medio de la presencia de tantos planetas se llama la paradoja de Fermi, nombrada en honor al físico Enrico Fermi, quien fue el primero en preguntar: "¿Dónde está todo el mundo?". Lo hizo en 1950.
"Solo tenemos que mirarnos a nosotros mismos para ver cómo la vida inteligente podría convertirse en algo que no quisiéramos encontrar", aseguró Hawking en 2010. El investigador equiparó este posible encuentro con el de Cristóbal Colón con los nativos americanos: "Eso no resultó tan bien".
"Cualquier civilización que detecte nuestra presencia es probable que sea tecnológicamente muy avanzada y no esté dispuesta a tratarnos muy bien", se suma al coro el físico Mark Buchanan, con su artículo en la revista Nature Physics.
"Si estamos en peligro de invasión extraterrestre, ya es demasiado tarde", escribió Douglas Vakoch, director del programa de Messaging Extraterrestrial Intelligence Internacional (METI). Según Vakoch, si no le decimos a nadie que estamos aquí, podríamos perder una nueva tecnología que podría ayudar a la humanidad, o incluso protegernos de otros alienígenas menos amistosos.
David Grinspoon, autor y astrobiólogo del Instituto de Ciencia Planetaria de Tucson, se ríe de los miedos de sus colegas: "Parece un poco absurdo que nos invadan, nos roben nuestros preciosos fluidos corporales y nos críen como al ganado", haciendo referencia a varias películas de ciencia ficción. No obstante, la pregunta se queda sin respuesta.