Según el Índice de Paz mensual que elabora el Instituto Israelí de Democracia, el 53% de los israelíes judíos y el 71,5% de los árabes creen que tendría que dimitir, aunque la ley no le obligue a hacerlo hasta que haya recurrido su imputación y un tribunal la rechace.
Netanyahu está siendo investigado en el llamado Caso 1000, en el que las autoridades intentan averiguar si son ciertas las acusaciones de que recibió centenares de miles de dólares en puros, champagne y otros regalos.
También se le investiga en el Caso 2000, que examina si el primer ministro prometió impulsar una ley para poner trabas al periódico gratuito "Israel Hayom" a cambio de que el diario de la competencia "Yedioth Ahronoth" ofreciera una visión menos negativa de Netanyahu.