"El departamento de investigación de crímenes relacionados con el empleo de medios y métodos de guerra prohibidos del CIR inició una causa penal partiendo de los indicios de un delito de este tipo", destacó.
Según datos del CIR, los militares ucranianos al cumplir órdenes de sus jefes y del Ministerio de Defensa de Ucrania lanzaron ataques con piezas de artillería pesadas del 1 al 3 de febrero contra varios distritos de Donetsk y las localidades de Yasinovátaya y Makéevka, con un saldo de tres civiles muertos y 15 heridos.
El CIR seguirá documentando todos los crímenes que apuntan contra la paz y la seguridad, los que no tienen plazo de prescripción, advirtió Petrenko.
"Es poco probable que el pueblo de Donbás olvide esa agresión absolutamente injustificada", subrayó.
Quienes dieron órdenes de lanzar esos ataques violaron el Acuerdo sobre el Cese del Uso de Armas en el Sureste de Ucrania (Minsk, 05.09.2014) y el respectivo memorando (Minsk, 19.09.2014), la Convención sobre los Derechos del Niño (Nueva York, 20.11.1989), el Convenio de Ginebra sobre la Protección de Civiles en Tiempo de Guerra (Ginebra, 12.08.1949) y el protocolo Nº11 adjuntado a este Convenio (Ginebra, 08.06, 1977), recordó.
"Estas personas deberán estar bien informadas de las normas vigentes, pero las violaron premeditadamente por enésima vez", recalcó.
Las milicias de Donbás y las fuerzas ucranianas se acusaron en los últimos días de provocar una escalada del conflicto con un fuerte incremento del intercambio de disparos en varias áreas, en particular en Avdéevka.
La misión de la OSCE en Ucrania también informó del agravamiento de la situación en Yasinovátaya, bajo control de las milicias.
Ucrania sostiene desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Lea también: Moscú califica de asalto bárbaro los bombardeos de Donetsk por las fuerzas ucranianas
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más de 10.000 muertos y más de 22.700 heridos.
