Maia pertenece a DEM, una de las formaciones que respaldan al Gobierno del presidente Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático de Brasil).
Por detrás quedaron André Figueiredo (Partido Democrático Laborista), con 59 votos; Júlio Delgado (Partido Socialista Brasileño), con 28; Luiz Erundina (Partido Socialismo y Libertad) con diez y el ultraderechista Jair Bolsonaro (Partido Social Cristiano), con cuatro votos.
Los rivales de Maia intentaron impedir su candidatura alegando que no podía tener un nuevo mandato dentro de la misma legislatura (2015-2019), pero una decisión del Tribunal Supremo Federal le permitió postularse.
Maia llegó al cargo en julio de 2016 de forma accidental, en sustitución del diputado Eduardo Cunha (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), que había sido apartado del cargo por el Supremo dos meses antes, en razón de las acusaciones de corrupción.
En el discurso en el que pidió el voto de los diputados Maia defendió la necesidad de mantener la "soberanía" del poder legislativo e hizo un llamamiento para dejar atrás los "radicalismos" de la gestión anterior, en velada referencia a Cunha.
Maia también dirigió la votación en el plenario que se saldó con la casación del mandato de diputado de Cunha, lo que en la práctica supuso dejarle sin el foro privilegiado y le dejó a expensas del juez Sérgio Moro, que al poco tiempo ordenó su detención.
Entre las polémicas que le rodearon está el intento de llevar a votación un proyecto de ley que amnistiaba el dinero negro recibido por los políticos en campaña electoral.
Maia propuso votar esta ley de madrugada y cuando Brasil estaba conmocionado por el accidente de avión del Chapecoense, lo que le valió fuertes críticas.