El periódico de Hong Kong reporta que el sexagenario pensó que podría "hacer una buena sopa" con el animal de más de 70 centímetros, por lo que lo mató a golpes de palo y piedra y luego lo puso en una bolsa de plástico.
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Mientras limpiaba a la serpiente, el desafortunado cazador sintió una molestia: cuando miró, el animal —ya sin vida— había clavado los colmillos en su mano. Enseguida, su extremidad se hinchó y el accidentado comenzó a sentir malestar.
Increíble: una #tarántula se come a una #serpiente de casi medio metro https://t.co/WuNg9hFJYI pic.twitter.com/LTIAHvSXRC
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 11 de enero de 2017
Según reporta el South China Morning Post, los reptiles conservan algunos reflejos durante un tiempo luego de morir, lo que explica que la serpiente haya presionado sus mandíbulas. Esta especie de víbora no es venenosa, pero sus mordidas pueden ocasionar molestias.