Al describir la carrera armamentista en Europa del Este, el autor se refiere al reciente artículo del ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, que compartió sus preocupaciones por las tendencias geopolíticas actuales.
Sommer está de acuerdo con la declaración de que la nueva carrera armamentista entre Moscú y la Alianza Atlántica sí es una razón para preocuparse, sin embargo desde su punto de vista en Europa no existe la amenaza de un conflicto a gran escala.
"La doctrina fundamental de la Guerra Fría no fue olvidada ni en Moscú ni en Washington: el que dispara primero, muere segundo. Varios incidentes son posibles, pero nadie quiere una guerra total, ni Vladímir Putin, ni Donald Trump, con toda su imprevisibilidad", explica el autor.
El columnista ve la amenaza de una guerra en otra parte del mundo: en la Cuenca del Pacífico, donde "la potencia entrante, China, y el hasta ahora dominante, EEUU, como siempre luchan por la superioridad", prosigue.
Estados Unidos estaba promocionando el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) para unirse con los estados de la región para disminuir la influencia de China.
Pero la situación se ha desestabilizado aún más después de que Trump decidiera salir del acuerdo, ya que países como Filipinas o Malasia le dieron la espalda a Estados Unidos y giraron hacia China, expresó.
El periodista recordó los planes de Trump de imponer una tarifa de 45% a los productos importados de China para bajar el déficit comercial y garantizar puestos de trabajo a los ciudadanos estadounidenses.
La reacción de Pekín era predecible: si EEUU quiere cuestionar la presencia china en la región, esto puede llevarnos a una "confrontación destructiva". El periódico del Partido comunista chino, Global Times, declaró directamente que en caso de que el presidente estadounidense y su equipo diplomático no cambien su política hacia Pekín, deben prepararse para una "confrontación militar".
Por otro lado, Trump también se mostró dispuesto a poner en duda la llamada política de "Una sola China", o sea, reconocer la independencia de Taiwán. Si el dirigente norteamericano lo hace, entonces se puede decir con certeza que Pekín va a tomar medidas, concluyó.