"Nuestros compatriotas con doble nacionalidad, belga y con una de los siete países mencionados, no pueden entrar en Estados Unidos por esta orden presidencial", dice la declaración de las organizaciones de derechos humanos que condena la decisión del presidente de EEUU.
Este decreto generó una oleada de críticas y protestas en ciudades y aeropuertos de EEUU, así como en otros países.
Algunas naciones afectadas, como Irán e Irak, declararon que aplicarán el principio de reciprocidad ante el veto de EEUU.
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El mismo Trump defendió esta orden, alegando que el período de suspensión de la entrada en EEUU de dichas naciones es el tiempo necesario para las autoridades estadounidenses para elaborar e implementar "estrategias de seguridad" para mantener al país seguro.