Según datos del periódico, al recibir el fármaco, el organismo empieza a generar anticuerpos que impiden la entrada de los narcóticos en el cerebro, por lo que el paciente no experimenta placer al tomar estupefacientes y pierde la motivación por consumirlos.
"Los fármacos existentes curan solo entre el 10 y el 30% de los drogadictos y tienen muchos efectos secundarios, mientras nuestro medicamento está destinado para evitar recaídas, para que la persona (…) no vuelva a tomar estupefacientes", explicó a Izvestia Marina Miagkova, quién dirige el equipo de los científicos que trabajan en la creación del fármaco ruso.
Miagkova, jefa del laboratorio del Instituto de Sustancias Fisiológicamente Activas de la Academia de Ciencias rusa, agregó que en teoría el nuevo medicamento podría utilizarse también para prevenir la drogadicción, por ejemplo, en los adolescentes, aunque el debate sobre este tema comenzará solo después de sus pruebas clínicas.