Estas afirmaciones se contradicen con las declaraciones del Ministerio surcoreano de Defensa que el pasado 11 de enero descartó que los norcoreanos posean tecnologías para producir este tipo de misiles.
Militares estadounidenses y surcoreanos detectaron anteriormente el desplazamiento de dos lanzaderas móviles presuntamente para los dos misiles y especularon que el Ejército norcoreano podría realizar lanzamientos de prueba en el día de la investidura del presidente norteamericano Donald Trump.
Según informaciones de la agencia surcoreana Yonhap, el país del Norte desarrolla el misil KN-08 con lanzadera móvil y un alcance superior a 13.000 kilómetros, capaz de impactar la parte continental de EEUU.
Pyongyang rehúsa frenar sus programas nuclear y balístico aduciendo la "amenaza estadounidense" y desafiando de esta manera las sanciones impuestas por la ONU.
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El 9 de septiembre de 2016, Pyongyang llevó a cabo su quinta prueba nuclear desde 2006 y la segunda en un año, lo que le valió el endurecimiento de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU.