"Ante la debilidad del sistema penitenciario mexicano para resguardar en prisión a Joaquín Guzmán Loera, su deportación, después de desahogados los procedimientos judiciales y con la aplicación de los tratados internacionales respectivos, debe verse como una acción necesaria", dijo el expresidente del Senado.
Sin embargo, el líder de los legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda) añadió que hay que recordar que Guzmán Loera "mantiene pendiente la conclusión de causas penales en tribunales mexicanos y la compurgación de las condenas que tiene dictadas y pendientes de ello".
El líder opositor al gobierno de Enrique Peña Nieto en el Congreso opinó que no se puede festejar la entrega a las autoridades estadounidenses del narco de 62 años que se fugó dos veces de cárceles de alta seguridad mexicanas, en escapes espectaculares que pusieron en duda la capacidad del país latinoamericano para sostener su combate al crimen organizado.
"No hay que festejar que el Estado Mexicano no fue capaz de procesar al mayor delincuente que ha existido en México y no fue capaz de garantizar su aprisionamiento", puntualizó Barbosa.
El largo proceso de entrega culminó en el último día gobierno de Barack Obama, a pocas horas de la asunción del magnate republicano Donald Trump, generando todo tipo de interpretaciones en México.