El nuevo traje comprende sistemas neumáticos que se inflan presionando no solo las piernas del piloto y su abdomen sino también sus brazos. De esta forma se evita que la sangre se desplace a estas partes del cuerpo y que disminuya el riego sanguíneo del cerebro —la llamada 'visión negra' de los pilotos— que lo puede discapacitar temporalmente en pleno vuelo.
Además, los cazas de quinta generación rusos recibirán nuevos asientos eyectables que permitirán abandonar el avión en cualquier altitud, hasta en el terreno, sin ningún riesgo para el piloto, en caso de emergencia durante el displiegue o aterizaje.
"El avión muestra buenas características técnicas y de vuelo. Es nuestro futuro", declaró anteriormente el comandante de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Víctor Bóndarev.