"Últimamente observamos las declaraciones de los funcionarios de Alemania sobre el origen ruso de los hackeos contra los sistemas informáticos de la OSCE y del Bundestag alemán, unas declaraciones que carecen de fundamento alguno", dijo la diplomática.
Agregó que Alemania continúa exacerbando la tensión en torno a los supuestos intentos rusos de influir en los procesos políticos internos del país.
Explicó que es el contexto en el que se debe considerar la información de que Berlín ordenó a los servicios especiales investigar si el Gobierno ruso trata de influir sobre los debates políticos y la opinión pública en Alemania de cara a las elecciones al Bundestag que tendrán lugar en septiembre.
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La Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA), la Oficina Federal de Investigación (FBI) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) presentaron el 6 de enero un informe en el que acusan a Rusia de haber intentado influir en las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre, pero se negaron a ofrecer pruebas.
Más tarde, la CIA acusó a Moscú de haber vulnerado meses antes los servidores del Partido Demócrata para favorecer al entonces candidato republicano y ahora presidente electo Donald Trump.
A este respecto, el presidente ruso Vladímir Putin puntualizó que las filtraciones que se hicieron tras los hackeos en WikiLeaks no benefician a Moscú, y que la histeria en torno a las mismas se azuzó para desviar la atención de su contenido, en particular de cómo el Comité Nacional del Partido Demócrata favoreció a Hillary Clinton en las elecciones primarias y buscó desacreditar a su principal rival, el senador Bernie Sanders.
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EEUU sigue sin presentar pruebas de la presunta implicación de Rusia en los hackeos.