"Es posible que fueran dos docenas de países", dijo Clapper al intervenir ante el Senado, donde le preguntaron sobre la "intervención de Rusia en las elecciones en otros países durante los cuatro últimos años".
Clapper señaló que Rusia había intentado influir, en un grado u otro, en opiniones y posturas políticas, pero no mencionó países concretos ni presentó prueba alguna.
El documento afirma, en particular, que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó una campaña en 2016 dirigida a influenciar las elecciones presidenciales de EEUU, pero a la vez reconoce que los presuntos hackeos rusos no influyeron en el conteo de votos en las presidenciales del 8 de noviembre de 2016.
En octubre pasado, representantes de Inteligencia de EEUU afirmaron que unos "hackers rusos" atentaron contra el proceso electoral del país.
A este respecto, Putin declaró que las filtraciones que se hicieron tras los hackeos en WikiLeaks no benefician a Rusia, y que la histeria en torno a las mismas se azuzaba para desviar la atención de su contenido, en particular de cómo el Comité Nacional del Partido Demócrata favoreció a Hillary Clinton en las elecciones primarias y buscó desacreditar a su principal rival, el senador Bernie Sanders.
EEUU sigue sin presentar pruebas de la implicación de Moscú en los hackeos.
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El Kremlin reiteró en repetidas ocasiones que Moscú rechaza estas acusaciones y reafirmó que son "absolutamente infundadas, gratuitas" y que ya "generan un fuerte cansancio".