Por el momento, Klómino no tiene estatus de ciudad, oficialmente pertenece a Borne Sulinowo y su población es de tan solo 10 personas. Las autoridades locales dejaron a un lado los intentos de atraer las inversiones y reactivar la ciudad.
De campo de prisioneros a ciudad cerrada
Nació como Wastfalenhof en la década de los 30 en el territorio que pertenecía a Alemania. Se consideró un importante lugar de entrenamiento militar de la Wehrmacht antes de convertirse en un campo de prisioneros. Durante la Segunda Guerra Mundial en Westfalenhof hubo unos 10.000 presos —tanto militares como civiles—.
La nueva urbanización recibió el nombre de Gródek y fue construida, según fuentes, sobre la infraestructura alemana. Además, a pesar de que la cuidad se situaba en territorio polaco, de hecho era una zona soviética, en la que los polacos no podían entrar. Tampoco se mostraba en los mapas.
Gródek tenía autoabastecimiento completo: albergaba residencias, tiendas, cafeterías, un cine, garajes y mucho más, con excepción de la escuela —los niños iban a la de la ciudad vecina de Borne Sulinowo—.
La infraestructura de la ciudad permitía alojar a más de 6.000 personas —unos 300 militares soviéticos, miembros de sus familias y personal de servicio—.
Regreso a Polonia
Primeramente la aparición de una nueva ciudad despertó entusiasmo entre las autoridades locales: las viviendas y casi toda la infraestructura se habían conservado en perfecto estado. No obstante, Klómino nunca logró atraer gran interés.
Surgieron varias ideas como las de convertir la ciudad en una base militar de EEUU, un refugio para adictos a las drogas o una cárcel, pero la Administración acabó invirtiendo cerca de cuatro millones de eslotis en el desarrollo de la infraestructura. No obstante, al darse cuenta de la inutilidad de estas medidas, dejaron de financiar la ciudad y la convirtieron en un 'exilio' para aquellos que no podían pagar el alquiler.
Por el momento, según indican en el Administración local, no existe ningún plan para revivir la ciudad.
Búsqueda de tumbas
Los pocos turistas que visitan Klómino vienen a la ciudad guiados por su interés en la Segunda Guerra Mundial. Cerca de la ciudad se ubica un cementerio soviético donde están enterrados 12.000 soldados del Ejército Rojo.

Hace unos años un equipo de arqueólogos liderado por el profesor Andrzei Koli de la Universidad de Copérnico en Torun llevó a cabo operaciones de búsqueda en los bosques cerca de Klómino. Su objetivo principal consistía en encontrar las fosas comunes de los prisioneros del campo nazi.
Además, según los arqueólogos, estos no son los únicos enterramientos en el área: el número total de los soldados enterrados cerca de Klómino puede alcanzar 30.000.