Cada una de las partes de la imagen se procesó por separado antes de combinarlas para que la Luna sea lo suficientemente brillante como para verla. La Luna es mucho más oscura que la Tierra y apenas sería visible a la misma escala de brillo que la Tierra. La vista combinada conserva los tamaños y posiciones correctos de los dos objetos entre sí, informa la NASA.
Happy Friday! Here's the Earth and moon seen by the most powerful telescope currently orbiting the Red Planet: https://t.co/8t2QVWNhka pic.twitter.com/4vzOUqcAbb
— NASA (@NASA) January 6, 2017
El HiRISE toma imágenes en tres bandas de longitud de onda: infrarrojo, rojo y azul-verde. Se muestran aquí como rojo, verde y azul, respectivamente. Es similar a las imágenes Landsat en las que la vegetación parece roja. La zona característica rojiza en el centro de la imagen de la Tierra es Australia. El sudeste asiático aparece como otra área rojiza (debido a la vegetación) cerca de la cima; la Antártida es la gota brillante en la parte inferior izquierda. Otras áreas resplandecientes son nubes.
Anteriormente, por primera vez desde 1979 científicos lograron captar unas imágenes del infrarrojo lejano de Júpiter desde la órbita de la Tierra. Esto se considera un avance anteriormente posible solo desde el espacio.