De los 53 oficiales turcos que trabajaban en la sede de la OTAN en Bruselas, 42 fueron despedidos.
También perdieron su empleo un 80% de los oficiales turcos en el Cuartel General Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, en Casteau.
En total, casi 450 de un total de 600 plazas turcas en diferentes estructuras de la OTAN, incluyendo la base de Ramstein en Alemania, Norfolk en Estados Unidos y Nápoles en Italia, quedaron vacantes tras el fallido golpe de Estado.
Una fuente de la OTAN dijo que varios de los detenidos han sido torturados en prisión.
"Hubo detenciones arbitrarias y sanciones sin prueba. Algunos fueron torturados en la cárcel. Tenemos evidencias", afirmó.
El Ministerio de Justicia turco estimaba en torno a 36.000 en noviembre el número de los detenidos.
Las autoridades turcas acusaron al teólogo musulmán Fethullah Gulen, autoexiliado en EEUU, de haber organizado el amotinamiento y exigieron su extradición.
Gulen rechazó de plano esa acusación y propuso establecer una comisión internacional para investigar el fallido golpe de Estado.