Anteriormente, el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, anunció que el perpetrador fue identificado, sin revelar su nombre.
La masacre ocurrió en plena celebración del Año Nuevo, cuando en el club, situado en la orilla del Bósforo, se encontraban más de 700 personas.
El atacante mató a un policía y a un civil en la entrada del club, tras lo cual irrumpió en el establecimiento y abrió fuego indiscriminado con un fusil Kalashnikov contra los presentes, asesinando a otras 37 personas, ciudadanos extranjeros en su mayoría.
Otras 69 personas resultaron heridas en la masacre que, según la investigación, se prolongó por siete minutos y durante la cual el terrorista hizo más de 180 disparos.
Después, se dirigió a la cocina, se mudó de ropa y en medio del pánico escapó del club y se subió en un taxi, el que abandonó en el distrito vecino de Kurucesme.
La búsqueda del agresor continúa por todo el país.
El atentado fue reivindicado por el grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).