Fueron investigadores de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, los que obtuvieron las imágenes utilizando el telescopio SOFIA y los datos recibidos por FORCAST, cámara de infrarrojo medio.
El equipo observó las longitudes de onda infrarrojas de entre 17 y 37 micras, "una gama de espectro inaccesible a los telescopios terrestres", comentó la NASA. De esta manera, gran parte de los datos científicos sobre Júpiter provino de las misiones espaciales como Voyager, Galileo y Cassini y nunca desde la órbita de nuestro planeta.
First far-infrared maps of Jupiter since 1970s reveal the planet's overall atmospheric circulation: https://t.co/weuQsavn8L #AAS229 pic.twitter.com/vPbSHKpa7p
— SOFIAtelescope (@SOFIAtelescope) 5 января 2017 г.
No obstante, la ubicación de SOFIA, combinada con el poder de FORCAST, implica que SOFIA dispone de una capacidad sin precedentes para estudiar la circulación atmosférica global de Júpiter.
Las observaciones infrarrojas, por su parte, son capaces de penetrar a través de las nuevas y proporcionar detalles desde las profundidades de las capas de la atmósfera del planeta.
De esta manera, las últimas observaciones ayudarán a los científicos a entender cómo la circulación atmosférica de Júpiter cambia con el tiempo.
SOFIA es, en realidad, un Boeing 747 SP, adaptado para ser un telescopio que hace observaciones en pleno vuelo. Según la propia Agencia, los datos espaciales obtenidos por SOFIA son únicos debido a que ninguna otra instalación astronómica es capaz de obtenerlos.