La República Democrática Alemana, Hungría, Polonia y Rumanía producían sus propios AK con algunas partes del diseño diferentes al modelo original. Los militares soviéticos, que servían en los países del Pacto de Varsovia, sobre todo en el este de Alemania, destacaban también la alta calidad de los Kalashnikov locales. Vladislav Grinkévich, del portal Lenta.ru, recuerda algunas de las mutaciones del Kalashnikov más célebres.
República Checa
A diferencia de otros países, los checos querían mantener su propio complejo de construcción de armas. Por lo tanto, no se limitaron a realizar pequeños cambios en el diseño del fusil.
En 1958, la empresa estatal Ceska Zbrojovka desarrolló el CZ Sa vz.58, un fusil similar en apariencia al AK, pero con una estructura completamente distinta. El arma resultó ser muy buena y se caracterizó por su gran calidad. Permaneció en servicio hasta principios del siglo XXI.
Polonia
Actualmente, los fabricantes de Kalashnikov del antiguo bloque soviético incluso intentan conquistar el mercado civil ruso.
En 2013, Rusia comenzó a vender rifles Archer, la adaptación civil de la versión polaca del AK —Radom— de la empresa Fabryka Broni.
El aumento de la longitud de las cámaras de gases frontales y el muelle de retorno reforzado aseguran un buen funcionamiento del arma. Sin embargo, el Archer, con una buena ergonomía y un diseño moderno, tiene un precio muy alto para el mercado ruso: 120.000 rublos —unos 2.000 dólares—. En comparación, los rifles rusos Saiga cuestan solo unos 22.000 rublos —360 dólares, aproximadamente—.
Finlandia
Fueron los finlandeses los que le abrieron el camino a esta arma soviética en el mundo capitalista. En 1950, decidieron adoptar un nuevo fusil de asalto para su Ejército y llegaron a la conclusión de que la mejor opción era el Kalashnikov.
Al adquirir las licencias necesarias, en 1960, la compañía Valmet presentó el fusil Valmet Rk.60. Su estatura era idéntica a la del modelo soviético, pero los finlandeses cambiaron su diseño en un intento de adaptar el arma a las condiciones de la guerra en invierno. Entre otras modificaciones, la primera muestra no tenía protector de gatillo para facilitar el disparo con unos guantes gruesos.
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En 1962, después de realizar algunas pequeñas modificaciones, el fusil pasó a tener la designación de Valmet Rk.62 y su uso fue aprobado. Todavía es usado por las Fuerzas de Defensa de Finlandia y se produce para el mercado civil y la exportación.
Posteriormente, los finlandeses experimentaron mucho con el diseño y la tecnología de producción de su fusil. El que se considera más exitoso, en términos de diseño, es el Valmet Rk.95.
Israel
Los finlandeses vendieron la documentación y la maquinaria necesarias para producir el fusil a los enemigos jurados de la URSS.
La versión israelí, llamada Galil, contaba con una serie de innovaciones: un tubo alargado de hasta 50 cm, un calibre de 5,56 mm, un extintor de ranura, como el del M16, y una culata plegable.
El arma resultó ser buena, pero no sirvió mucho tiempo en el Ejército israelí puesto que los Galil fueron sustituidos por los estadounidenses M16 y CAR15. A menudo, este cambio se justifica por el hecho de que el Galil era más pesado que sus homólogos estadounidenses. Pero también es cierto que EEUU vendió a Israel sus fusiles a un precio muy bajo, invadiendo así el mercado hebreo de armas.
Además, el Galil fue muy exportado y sus licencias de producción se vendieron a otros países. Los israelíes incluso lograron desplazar a la Unión Soviética, y más tarde a Rusia, de las regiones 'tradicionales' de Kalashnikov, como América Latina, África y Asia.
Sudáfrica
Un modelo interesante construido sobre la base del Kalashnikov fue el producido por Sudáfrica. El rifle local R4, desarrollado a finales de la década de 1970 por la compañía sudafricana Vektor, de hecho, era un Galil israelí con algunos pequeños cambios de ergonomía.
El R4 se convirtió en la base de la versión 'bullpup' —con el cargador detrás del gatillo— más exitosa basada en el AK: el fusil Vektor CR21. Así, Sudáfrica se unió a la carrera mundial para crear el rifle del siglo XXI.
El arma tiene un cuerpo de plástico futurista y dispone de una mira óptica de 1x aumento y retícula iluminada que no requiere de baterías estándar. Parte del cañón delantero fue especialmente diseñada para poder ser retirada fácilmente y reemplazada por un lanzagranadas.
A pesar de una serie de soluciones exitosas y algunos atributos formales propios de los rifles del siglo XXI, el arma no ha sido muy popular. No obstante, debido a su diseño, el fusil sí que ha aparecido en un par de películas de ciencia ficción.