"En general, estas sanciones tienen un carácter más simbólico que práctico. Apenas se puede hablar de su alta efectividad ahora. Teniendo esto en cuenta, hay que entender que las sanciones de la Administración de Obama pueden seguir en vigor durante no más de tres semanas", aseveró.
Es decir, una vez pase dicho tiempo, EEUU contará con nuevo Gobierno y nuevo presidente. En este sentido, las medidas aplicadas por Obama parecen más que nada un intento de crear problemas y poner en dificultades la política exterior de la nueva Administración norteamericana, dijo.
Rezakhah agregó que todo esto solo busca debilitar la política de Trump en dos ámbitos importantes: mostrar dudas acerca de su victoria en las elecciones presidenciales, así como crear tensión y discrepancia entre el Gobierno del 45º presidente y el Congreso de EEUU.
Según el experto en la política interior de la Universidad Azad, Mojtaba Jelalzadeh, las acciones de Obama no son nada "más que una traición respecto a su propia política": el 'reinicio' en las relaciones entre Moscú y Washington.
"Cuando Obama se erigió en presidente, en vez de un 'reinicio' comenzó el proceso de agravamiento de la tensión con Moscú. Una de las causas, según los estadounidenses, es la incorporación de Crimea a Rusia, y la política de Vladímir Putin en la escena mundial, en general", explicó.
Jelalzadeh planteó que las sanciones pueden ser consideradas como el primer paso práctico de la lucha de EEUU contra la política rusa del presidente ruso. Los norteamericanos quieren hacer retroceder a los rusos aumentando los costes para el país eslavo en la escena internacional. Se trata de "frentes donde Rusia ocupa una posición principal, como Oriente Próximo", concluyó.