"Esta vacuna fue creada hace más de 10 años por los científicos canadienses. Sin embargo, su desarrollo fue suspendido en varias ocasiones, puesto que no se esperaba su uso comercial. Hasta 2014, el estudio fue financiado por las autoridades de Canadá y, después, por EEUU, ya que el virus del Ébola llegó a considerarse como una potencial arma terrorista", declaró Kieny.
La especialista agregó que la comunidad científica está muy satisfecha con el hecho de que también exista una vacuna rusa contra el ébola. "Un monopolio siempre es malo para la asistencia sanitaria. El hecho de que ya existan dos vacunas es una buena noticia", subrayó.
La vacuna rusa, desarrollada por los especialistas del Centro Federal de Epidemiología y Microbiología, fue presentada en enero. No obstante, en diciembre se informó de que otra vacuna rusa había pasado con éxito la segunda fase de ensayos clínicos.
De acuerdo con la Comisión Federal de Salud y Epidemias, la vacuna fue desarrollada por los especialistas del centro científico Véktor de Novosibirsk —distrito federal de Siberia— y será oficialmente registrada en un futuro próximo. En total, 60 voluntarios participaron en las pruebas clínicas de la vacuna.
El Centro Científico Estatal para la Virología y Biotecnología Véktor —fundado en 1974— es uno de los principales centros de investigación en su campo. Los especialistas de la institución trabajan para dar solución a las amenazas globales relacionadas con las infecciones y los virus. Véktor es conocido también por su extensa cooperación internacional, en particular, con la OMS.
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La última epidemia de ébola comenzó en diciembre de 2013 en Guinea y se extendió posteriormente a Liberia y Sierra Leona. En total, más de 11.000 personas murieron a causa de la enfermedad, de acuerdo con los datos de la OMS. En junio, la organización declaró el fin del brote en Guinea y Liberia.